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the novel doña luz

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TheProjectGutenbergEBookofDoñaLuz,byJuanValera
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Title:DoñaLuz
Author:JuanValera
ReleaseDate:December17,2005[EBook#17338]
Language:Spanish

***STARTOFTHISPROJECTGUTENBERGEBOOKDOÑALUZ***

ProducedbyChuckGreif

CharactersetforHTML:ISO-8859-1


DoñaLuz


Por

JuanValera
BibliotecaPerojo
Paris
1897

Capítulos:
AlaseñoracondesadeGomar
-I--II--III--IV--V--VI--VII--VIII--IX--X--XI--XII--XIII--XIV--XV-XVI--XVII--XVIII--XIX--XXConclusión




AlaseñoracondesadeGomar
Estando en casa de V., en una noche del verano pasado, conté la sencilla
historiadeDoñaLuz.HallolaV.bien,graciassindudaalaindulgenciaconque
memira, yme animóparaquelaescribiese.Prometíescribirlaydedicársela a
V.; aceptó V. la promesa, y hoy con el mayor gusto la cumplo. Lo que me
desazonaeselcortovalerdeldonensíosuningúnvaler,siseatiendealdela
persona a quien le dedico, por su talento y belleza tan general y justamente
encomiada.Sea,contodo,midedicatoriamuestra,aunquepobre,delrespetuoso
cariñoqueV.meinspira.
Porlodemás,aunquelanovelanodivierta,creoyoquevalealgoporlasmuy
gravesyseverasleccionesquecontiene.
Pongoaunladolasmilyquinientasquecualquieragudocríticopuedesacarsi
seempeñaenelogiarmeylucirse,ymelimitoalalecciónqueseda,noyasóloa
los frailes, que al fin pocos hay en España ahora, sino por extensión a todo
caballerocortesano,viejooalgomachucho,queseenamoraconamorvicioso.
EldesastradocasodelP.Enriquedeberáservirdeescarmientoygrabarenla
mente del cortesano viejo, como moraleja principal, aquellas advertencias
divinasconqueelilustreMicerPietroBembohermoseaycoronaellibrodeEl
cortesano.
Estasadvertenciasdicenenresumenqueelcortesano«enderecesudeseoala
hermosurasola,ycuantomáspuedalacontempleenellamismasimpleypura,y
dentroenlaimaginaciónlaformeseparadadetodamateria,yformándolaasíla
hagaamigayfamiliardesualma,yallílagoce,yconsigolatengadíasynoches
entodotiempoylugarsinmiedodejamásperdella,acordándosesiempredeque
el cuerpo es cosa muy diferente de la hermosura, y que, no solamente no la
acrecienta,masqueleapocasuperdición.Destamaneraseránuestrocortesano
viejofueradetodasaquellasmiseriasyfatigasquesuelencasisiempresentirlos
mozos, y así no sentirá celos, ni sospechas, ni desabrimientos, ni iras, ni

desesperaciones,niotrasmillocurasllenasderabia,conlascualesmuchasveces
llegan los enamorados locos a tanto desatino que aun a sí mismos quitan la
vida»: como sucedió al P. Enrique, volviendo a mi cuento. Al cual Padre le
hubieraestadomejorvalersedeesteamorcomodeescalaparasubiramásalto


grado. Porque, considerando la estrecheza de estar siempre ocupado en
contemplar la hermosura de un cuerpo solo, debió sentir deseo de ensancharse
algo y de salir de término tan angosto, y para ello debió también juntar en su
mentemuchashermosuras,y,reduciéndolasaunasola,formaraquellaquesobre
todalanaturalezaseextiendeyderrama.
Sabido es, por último, que, por cima de este concepto universal de la
hermosura, hay otra excelsa, increada y de la que todas proceden. Si el amor
llegaacolumbrarla,¿dequénoseolvida?Yentonces(ytodaéstaesdoctrinade
micer Pietro Bembo), se abrasa el alma en aquella llama, simbolizada y
prefiguradaenlaenormepira,dondesequemóHércules,despuésdetodossus
trabajos, allá en la cumbre del monte Oeta, o se remonta y traspone en el
ardientecarro,enqueElíasabandonólatierraysefuevolandoaloscielos.
Yo, señora, con el peso de los años, que ya me molesta bastante, y con no
pocas saludables desilusiones, voy propendiendo, aunque pecador, a subir por
esteúltimocamino.Ysibienenmisnovelassenotanaúnresabiosyaficionesde
hombre mundano, ya hay en ellas como señales de que me llaman a sí otras
vocesmuydistintasdelasdelmundo.
Conesto,acaso perderáenamenidad lo queescribo,peroganará en utilidad.
Ahora que está en moda lo docente, dígame V. con franqueza si mi novela no
enseñaalgocuandoestoenseña.
Dele V., pues, su aprobación; acéptela y defiéndala ya que le pertenece; y
créamesudevotoservidoryamigo,
JUANVALERA.



-IElMarquésysuadministrador
NotodaslashistoriasqueyorefierohandeocurrirenVillabermeja.Hoyhede
contarunamuyinteresanteocurrida,pocosañosha,enotrolugarcercano,que
llamaremosVillafría,reservandoparamayorescosassuverdaderonombre.Por
lodemás,entreVillabermejayVillafríanosedadiferenciamuynotable;pues,si
bien Villabermeja posee un santo patrono más milagroso, Villafría goza de
término más rico, de más población, de mejores casas, y de más pudientes
hacendados.
Entre éstos descollaba el Sr. D. Acisclo, así llamado desde que cumplió
cuarenta y cinco años, y que sucesivamente había sido antes, hasta la edad de
veintiochoatreinta,AcisclilloytíoAcisclodespués.Eldonvinoyseantepuso,
por último, al Acisclo, en virtud del tono y de la importancia que aquel señor
acertó a darse con los muchos dineros que honrada y laboriosamente había
sabidoadquirir.
Subuenafamatrascendíaportodalaprovincia.Noleestimabansólocomoa
personaquetieneelriñónbiencubierto,yquenosedejaríaahorcarpordoso
tres milloncejos de reales, sino que era preconizado como sujeto muy cabal,
formalísimoensustratosysegurohastalapareddeenfrente,ycomotanrecto,
devotodeMaríaSantísimaytemerosodeDios,quecasi,casiestabaenolorde
santidad,apesardelasmalaslenguas,quenofaltannunca.
LociertoesqueD.Acisclohabíasabidoconciliarsumedroconlaprobidady
la justicia. Había sido administrador del marqués de Villafría, durante veinte
años lo menos, y se había compuesto de manera que todos los bienes del
marquesado habían ido poco a poco pasando de las manos de su señoría a sus
manosmáságilesyguardosas.
Este pase o dislocación se había realizado natural y legítimamente. Don
Acisclonoteníaculpaningunadequeelmarquéshubiesesidodespilfarradoy
perdulario;ymásqueporculpapodíaydebíacontarseporméritoqueélfuese
ingenioso,ahorrativoyaprovechadísimo.

Siempresecondujoconlamayorlealtadenlaadministración.Elmarquésde


VillafríahabitabaenMadrid,dondegastabamucho.Teníanecesidaddedinero.
Enviabaapedir.Nohabía.Yentoncesseapelabaavariosrecursos,dealgunos
deloscualeshablaréaquíenbrevespalabras.
Mandaba el marqués, que, para reunirle dos mil duros, se vendiese vino,
aunque fuese malbaratándole: dando, por ejemplo, el fino y potable como de
quema.
DonAciscloeramuyestrechoyescrupulosodeconciencia,yseponíaabuscar
conafánaalguienquesellevaseelvinoporsujustovalor;peronolehallaba.
Nadie daba por cada arroba sino seis o siete reales menos de lo que valía.
EntoncesD.Acisclosesacrificaba;allegabaeldinero,seleenviabaalmarqués,
y tomaba el vino para sí por una peseta menos en cada arroba. De esta suerte
ganabaél,haciendoganaralmarquéstresrealesenarrobaporlapartemáscorta.
LuegoechabaD.Aciscloenmaderaelmencionadovino,yalcabodeunaño,le
poníatanexquisito,quevendíacadaarrobaporsieteuochopesetasmásdelo
quelehabíacostado.
En otras ocasiones, pedía el marqués, corriendo, mil duritos para salir de un
apuro. «Tómalos de un comerciante de Málaga—escribía a D. Acisclo—,
prometiendopagarlosenaceitedentrodedosmeses,queserálacosecha».
DonAcisclobuscabaalpuntoenMálagacomerciantequeseallanaseadarel
dinero,yresultabaquenadiequeríadarlesinocobrándoseenaceite,dosmeseso
pocomásdespués,ytomandolaarrobadedicholíquidoadosrealesmenosdel
preciocorriente.Éstaeraunausuramonstruosa;eraunausurademásdel30por
100alaño.DonAciscloseafligía,poníaelgritoenelcielo,caíaenfermoporla
pesadumbre que le daban los apuros del marqués, y al fin reincidía en
sacrificarse, tomando él mismo el líquido por un real menos de su precio
corriente,yaprontandoeldinero,delcualnoveníaasacarsinoarazónde20por
100alaño.Asíhacíaganaralmarquésotro10por100.

Coneltrigosucedíalopropio.Elmarquésmandabaquelevendieseneltrigo
dos o tres meses antes de la cosecha. No se hallaba quien le pagase con
anticipación sino contresrealesdedescuentoporfanega.EntoncesD. Acisclo
proporcionaba el dinero, y se quedaba con el trigo por dos reales menos, pero
haciendoganaralmarquésunrealenfanega.
Elmarquésgustabadetenerunareatadeochohermososmulos,loscualesse
hubieran comido una barbaridad de cebada, sin trabajar para el marqués sino
cuatromesesalomáscadaaño;peroD.Aciscloseservíadelosmulosparalos


acarreosytráficos,yasíseahorrabaéldepagarmuleroymulos,yhacíaqueel
marquésahorrasesobreseismesesdepiensos.
Las tierras del marqués estaban muy necesitadas de abono. Don Acisclo
adquirió para sí no pocas ovejas y cabras, las cuales, a trueque de algunas
hierbasinútilesytalveznocivasydealgunosretoñosbajosyviciosos,abonaban
bienlosmejoresolivaresdelmarqués.
Necesitaba el marqués más dinero; era menester tomarle prestado; no había
quienledieseamenosdel15por100.DonAcisclohallabaaunparienteoaun
amigo suyo que le daba al 12. Así hacía ganar al marqués un tres por ciento
anualsobrelacantidadrecibida.
En resolución, y por el estilo mencionado, rindiendo cuentas exactísimas, y
demostrando matemáticamente que hacía ganar al marqués tres o cuatro mil
durosalañoconadministrartanfielycelosamentesusbienes,D.Acisclovinoa
quedarseconcasitodosellos.
Su señoría, sitiado por hambre, tuvo entonces que abandonar la corte, y se
retiró a hacer penitencia en Villafría, donde murió, al año de estar, de unas
calenturasmalignas,queinfundieronensusangrelafaltademetalesylasobra
debilis.
Todoelcaudaldelmarqués,asumuerte,podríaproducir,alosumo,16.000rs.
alaño.

Estoy tan escamado con los críticos profundos que no atino a resolver y
declararsielmarquéseratontoodiscreto.EnMadridhabíasidoelmarquésel
encanto de la sociedad, y había pasado por la discreción en persona. Y, sin
embargo,elmarquéssehabíaquedadopobre.Talvezconsistaestoenquehaya
dosgénerosdetontería:latonteríadeacciónylatonteríadepalabra,lascuales
estánenrazóninversaencadaserhumano.Elquenodicetonteríaslashace:el
que no las hace las dice. Cuando alguien hace y dice siempre tonterías, ya es
tonto de capirote y goza de tontería absoluta, total, una y toda, como se
expresaríanlosfilósofos.
Pordichanoesestolocomún:locomúnessertontoamedias.Cuandoalguien
gastaenpalabrassudiscreción,enamoraalasgentesyhacelasdeliciasdelas
tertulias;pero,consumidatodasudiscreciónenobjetosdelujo,sólotonteríale
quedaparalosnegociosquedebieranimportarle.Y,porelcontrario,todosocasi
todos los que consumen su discreción en hacer su negocio, son insufribles de


tontosodezafioshastaquelehacen,sibien,luegoquelehanhecho,vuelvena
brillarconsudiscreciónenlosdiscursosyconversaciones,obienporqueyano
tienen que emplearla en lo útil y la derivan hacia lo agradable, o bien por el
prestigioseductordequeloscircundansuéxitoysubuenafortuna.
Así me explico yo que el marqués, que buen poso haya, pasase siempre por
discretoenlacorte,yensulugarporincapazdesacramento.
Razón tenían en su lugar, dirá quien me lea. Si el marqués no hubiera sido
tonto, hubiera conocido que D. Acisclo le saqueaba y hubiera mudado de
administrador. A esto importa contestar lo que el marqués contestaba, pues no
faltónuncaquienlehiciesedichasreflexiones.Yonotratoaquídesostenerque
elmarquésteníarazón:melimitoarepetirloqueéldecía.Decía,pues,queen
veinteleguasalaredonda,tomandoaVillafríaporcentrodelcírculooredondel,
nohabíamáshonradoyvirtuosovarónquesuadministrador:queelahorrode
cuatromildurosalañoqueD.Acisclosejactabadehaberlehechoeradelamás

rigurosaexactitud;yqueporconsiguientetodavíalesalíadeudor,enlosveinte
años que había administrado sus bienes, de algo más de 80.000 duros. Otro
administrador cualquiera hubiera acabado con el marqués en diez años. El
marqués,porlotanto,creíadeberaD.Acisclodiezañosdebuenayalegrevida.
Otro administrador cualquiera no hubiera hecho los adelantos por la mitad
menos,ysehubieraenriquecidomáspronto,ynohubieraarruinadoasuseñor
contantosmiramientos,contantasuavidadypausa,ycontanseveraconciencia.
El propio D. Acisclo creía, allá en el fondo de su alma, aunque rara vez se
jactabadeelloporsuextremadamodestia,quehabíasidoparaconelmarqués
undechadodefielesservidores.Asíesque,enelañoquevivióelmarquésen
Villafría, ya arruinado, D. Acisclo le sermoneó bien sobre su despilfarro e
imprevisión, y el marqués le oyó siempre con respeto y hasta compungido a
veces.
Conestossermonesyconsejospóstumos,conunaamistadllenadeveneración,
queD.Acisclomostrósiemprealmarqués,másaúncuandopobrequecuando
rico,yconloscuidadosconqueleatendióenlosúltimosdíasdesuvida,sinque
niremotamenteentraseentodoellolamenorideadedesagravio,puespensaba
haberle favorecido y no ofendido, don Acisclo se elevó a considerable altura
moraleintelectualenelánimodelmarqués,quienalmorirledejóconfiadala
joyamáshermosaqueaúnposeíaenestemundo.
Era esta joya una niña que acababa de cumplir quince años cuando murió el
marqués. Había sido educada por un aya inglesa que había sido menester


despedir por falta de dinero antes de venir a Villafría; pero ya la niña hablaba
inglésyfrancésconperfecciónyestabamuyinstruida.
Enellugarhabíaacertadoahacersequererdetodaslasgentes,enespecialde
lospobres,aunqueellatambiénloeraypocopodíafavorecerlos.
Huérfanademadredesdequeteníadosaños,habíaquedadosolaenelmundo
almorirelmarqués.Éste,quejamáshabíasidocasado,habíatenidoaquellahija

enunamujeroscura,perolehabíadadosunombreylahabíalegitimado.
Don Acisclo, muerto el marqués, tuvo grande empeño en adelantar el dinero
para la transmisión del título a la señorita; pero ésta lo supo, y se opuso del
modomásresuelto.Aunquedetancortaedad,pensóydijocondiscreciónque
hasta era ridículo ser marquesa con tan poco dinero como tenía. Don Acisclo
insistió en sacar el título, pero la niña se opuso cada vez con más ahínco.
Quedose, pues, sin título. Todos en el lugar dejaron de llamarla la marquesita,
como la llamaban en vida de su padre, y la llamaron doña Luz, que era su
nombredepila.
Doña Luz, como buena hija, lamentó y lloró mucho la muerte del marqués;
perosuhumildeycristianaresignacióneragrande.
Con el tiempo quedó doña Luz tranquila y consolada. Vivía en casa de D.
Acisclo.Conocíasutristesituación,ynoseatormentabaporello.Sediríaque
habíaolvidadoMadrid.EstabaconformeenpasarenVillafríalavidaentera.


-IIAntecedentesypormenoresindispensablesaunqueenojosos
Desdelamuertedelmarquéshabíantranscurridodoceaños.
DoñaLuzteníaveintisieteyestabahermosísima:muchomejorquedequince.
Subuennatural,rectamenteencaminadoensuniñezyensuadolescenciapor
lasleccionesdelaya,nolahabíaabandonadonunca.DoñaLuz,sinsibaritismo,
conlaseveridaddequiencumpleundeber,habíacuidado,yseguíacuidandoen
ellugar,desualmaydesucuerpo.
Con el mismo esmero con que procuraba no manchar su inteligencia ni su
voluntad con ideas o con afectos indignos, atendía a la material limpieza y al
honestoadornodesupersona.DoñaLuzeraentodolapulcritudpersonificada.
Talvezporinstinto,sindarsecuentadeello,oalmenosnodejándolosentirni
recelar,semirabaysecomplacíamásenestequepodemosllamaraseomoraly
corpóreo, por lo mismo que se veía circundada de gente algo ruda y no muy
limpianidecuerponidealma,ycomosituvieseeltemordecontaminarse.

Eratancircunspecta,quejamásdejabatraslucirestetemor;ytanhábilsinarte,
quenadielaacusabadedesdeñosa.Aunquenosebajabaalniveldenadie,por
unadulce,francaygenerosasimpatía,procurabaelevaralasgentesasunivel.
Asíhabíalogradoinfundirrespetoynoodio:ylasseñorasyseñoritasdellugar,
envezdetomarla porblancodesussátiras,solíantomarlapormodelo,conlo
cuallosusos,costumbresytratosocial,sehabíanmejoradobastante.
Losmozoseranmásreverentesconlasmujeres,yalgunasdeéstasimitabanya
a doña Luz, no sin maña, en modales y compostura y hasta en el primor y
atildamiento con que ella tenía los muebles y alhajas de su tocador, salita y
alcoba.
Enelmomentoenquenosponemosahoraconlaimaginación,doñaLuzeraun
solqueestabaenelzenit.Gallardayesbelta,teníatodalaamplitud,robustezy
majestad,quesoncompatiblesconlaeleganciadeformasdeunadoncellallena
dedistinciónaristocrática.Lasaludbrillabaensusfrescasysonrosadasmejillas;


lacalma,ensucándidaytersafrente,coronadaderubiosrizos;laserenidaddel
espíritu, en sus ojos azules, donde cierto fulgor apacible de caridad y de
sentimientospiadosossuavizabaelingénitoorgullo.
Madrugadora, activa, acostumbrada a dar largos paseos, y a estar en casa
empleadaenalgoútil,laligerezayelbríodesucuerpocorríanparejasconsu
beldad y con su gracia. Cuando quería, bailaba como una sílfide; en el andar
airoso, semejaba a la divina cazadora de Delos, y montaba a caballo como la
reinadelasamazonas.
No se negaba a asistir a los bailes, tertulias y otras fiestas que en el lugar se
daban.Habíaidoalasferiasdeloslugarescercanosyaalgunasromerías,yno
esquivaba la conversación de las gentes, aunque con tan juicioso y bien
templadodecoro,queatinabaadesecharlafamiliaridadexcesiva,sinofenderal
vidriosoysinalentaralaudazyconfiado.
Esto,envezdeperjudicarle,aumentabayextendíasubuencrédito.

CuandodoñaLuzibaporlacalle,conJuana,suancianacriada,ocuandoibaa
la iglesia, grave, silenciosa, vestida toda de negro, con basquiña y mantilla,
decían algunos mozos estudiantes, que había en el lugar, y que entendían más
hondamentequelosdemásdeestéticaydeotrasdoctrinasdeamorypoesía,que
doñaLuzparecíaunagarzareal,unaemperatriz,unaheroínadeleyendasyde
cuentos fantásticos; algo de peregrino y de fuera de lo que se usa; el hada
Parabanú;lamásegregiadelashuríes.
A pesar del respeto, algunos no acertaban a contenerse. Este decía: «¡Viva el
salero!»Aquél:«¡AlabadoseaDiosquetanhermosalahacriado!»Otro:«¡Ahí
valagloriavivita!»yasíporelestilo.Enocasiones,porúltimo,nofaltóquien
sepropasaseatenderlapañosaamododealfombraoatirarelsombrerocalañés
asusplantasparaqueellalehollaraypisoteara.
Pero,¡casoestupendo!enmediodetodoesteentusiasmo,doñaLuznoteníani
habíatenidonovio:nohablabanihabíahabladoconnadieporlareja.Loquesí
habíatenidoeramultituddepretendientes,sinqueellahubiesedadoesperanzas
aninguno.Losjóvenesmásricosdealgunasleguasencontornolaconsideraban
yacomoinexpugnablefortaleza.Laesperanza,contodo,nosepierdejamás.Los
hombres, en esto de conquistas amorosas, nos las prometemos, a menudo,
felices. Así es que, si los del lugar estaban ya sosegados y desengañados, no
faltaban aún forasteros, con tal de que fuesen sujetos de cierto fuste, que se
alborotasenalveradoñaLuz,ypropusiesen,alláensusadentros,conseguirlo


queotrosnohabíanconseguido;peroprontotambiénsedesengañaban.
Conestaadoraciónresuelta,conestepruritodesercorrespondidos,sehabían
hallado muchos, o simultánea o sucesivamente. Ninguno había llegado a
explicaciones.DoñaLuzsesupocomponerdesuertequenosehabíavistonunca
enladuranecesidaddedarformalescalabazas,nideexcitarelresentimientoque
estotraeconsigo.Eradifícilhablarasolasconella.Eradifícilhacerllegarasus
manoscartaobilleteamoroso.Ysibien,mercedaalgunasviejasaudaces,que

donde quiera las hay de sobra, doña Luz había recibido papelitos en prosa y
hastaenverso,constantementeloshabíadevueltosinabrir.Envistadeestosy
de otros desdenes, todos los enamorados desistían al fin de sus propósitos, sin
motivoyhastasinpretextodequeja.
Ynopodíahaberla,porquedoñaLuzcallabatodarazónofensiva.Nosesentía
inclinadaalmatrimonio.Noamaba.Nadiemandaensucorazón.Taleseransus
razones.
Alguienpodríasospecharperonoprobarsuinvenciblerepugnanciaatodolo
vulgaryplebeyo,yelhorrorquedeellaseapoderabaalasolaideadepoderun
díatenerunhijoquellevasesuilustreapellidoenposdeotroapellidooscuroy
rústicodealgúnricachovillano.
Ensuma:doñaLuz,sinoteníaesperanzasdecasarseasugusto,tampocotenía
o dejaba traslucir el menor deseo. Todo era en ella frialdad tranquila y
contentamientosuave.Enbalde,elpeorpensadodeloshombresseatreveríaa
buscarensusactos,ensuspalabras,ensusademanesygesto,lamásleveseñal
dequeestuviesedespechada.
DoñaLuznoloestabaenrealidad.Habíatomadoenérgicamentesupartidoy
habíatrazadodeantemanolasendadesuvivir.Lasfrasesburlonasdequedarse
paratíaoparavestirimágenesnohacíanmellaensufirmeyaceradocorazón,
nipodíanviolentarlaniinclinarlaaaceptarmaridoconelsolofindenollegara
solterona.
Varias parientas ricas, que tenía doña Luz en Sevilla y en Madrid, la habían
invitadoaquesefueraavivirconellas:pero,obienporqueasífueseenverdad,
o porque doña Luz lo sospechaba, las invitaciones habían sido más que de
corazónporcumplimiento.Además,doñaLuzseconsiderabamuypobreparasu
clase,ynoqueríasergravosa,niviviraexpensasdeotrosyenunaespeciede
dependencia próxima a la servidumbre. Había, pues, rehusado todas las
invitaciones.SuplaneravivirymoriroscuramenteenVillafría.



La misma impureza de su origen, el vicio de su nacimiento, la humilde
condición de su desconocida madre, obraban por reacción en su ánimo y casi
convertíansuorgulloenfiereza.Paralimpiaraquellamanchaoriginal,queríaser
doñaLuzmuchomáslimpiaymuchomáspura.
Noqueríapordiosearnidebernadaanadie.
Conservabasinvendersucasasolariegadellugarconsusantiguosmueblesy
dos criados. Si no vivía en ella, pensaba vivir más tarde, o bien porque don
Acisclo podría faltar, o bien porque ya, entrada ella en años, nadie podría
extrañarqueviviesesola.
Entretanto,vivíadoñaLuzenelcaseróndedonAcisclo,dondeteníaholgadae
independientehabitación,ydondehabíatraído,paraadornarla,susmásbonitos
ypreciososmueblesysuslibrosmejores.
Enpagodeestahospitalidad,hacíaaceptaradonAcisclo,pormásqueéstese
habíaresistido,másdelamitaddesusrentas,osea8.000realesalaño.Conlo
restante, como era económica y arreglada, tenía lo suficiente para vestirse,
compraralgunoslibrosnuevosyhacerlimosnas.
Elúnicolujo,elúnicoregalodedoñaLuz,eraunmagníficocaballonegro,en
el cual solía ella salir a paseo con D. Acisclo o con un criado llamado Tomás,
quehabíaenvejecidoenelserviciodesupadre.
DonAciscloestabaviudohacíamuchísimotiempo.Teníadoshijosytreshijas,
todoscasadosyconcasaaparte,demodoque,enlasoledadanchurosadeaquel
inmensocaserón,doñaLuzyD.Acisclosedabanmutuacompañía.
RayabayaD.Aciscloenlossetentaaños;peroestabarecioybiendesalud.Iba
derecho como un huso; era hombre ágil y enjuto de carnes; y, si no sabía más
queleeryescribirmedianamenteylascuatroreglas,ysijamáshabíaleídoun
libro, tenía gran despejo natural, aunque burdo. Jamás había turbado su
concienciaconsutilezasmorales.Asíesquenoleremordía,comohemosdicho,
de haber contribuido a la ruina del marqués. Si se había aprovechado de ella
mejorleparecíaquehubiesesidoélquenootro.Mucholehubieradolidoveren
manos extrañas el caudal de su amo. Poseíale, por lo tanto, de buena fe, con

justotítulo,yhastaconyporciertosentimientodeveneraciónalamemoriadel
difuntoilustreposeedor.
Estaveneraciónseextendía,omejordicho,seextremabayllegabaasucolmo,


sinafectaciónniservilismo,cuandosetratabadelaseñoritadoñaLuz,enquien,
fascinadoelviejo,creíadescubriraunsercuyosarcanospensamientos,móviles
y resortes de acción, apenas entreveía; a una criatura rara e inusitada, de otra
casta muy diferente de la suya, y con la cual, sin embargo, comía de diario y
teníalahonradecompartirlavivienda.


-IIIDeotrasmenudenciasquelaescrupulosidaddelnarradorno
permitequepasenensilencio
Constaba esta vivienda, como la de muchos otros ricos hacendados de
Andalucía,dedoscasascontiguas,encomunicación:ladelosamosylaquese
llamasiemprecasadecampo,aunqueestéenelcentrodelapoblación.
LacasadelosamosnoteníamáshabitantesqueD.Aciscloenunextremo,y
doñaLuzenotro,consuviejacriadaJuana,quedormíaenuncuartoalladodel
desuseñora.
Habíaungrancomedor,otrocomedorpequeñoparadiarioyvariossalonesde
respeto, que no se abrían sino en las ocasiones solemnes, y donde, entre otras
preciosidades,D.Acisclo,sushijos,hijas,yernosynueras,todosresplandecían
retratados al óleo, de tamaño más que natural, y casi de cuerpo entero, por un
pintor ambulante que acertó a pasar por Villafría, y que llevó una onza de oro
por cada retrato. Verdad es que D. Acisclo le agasajó y trató a cuerpo de rey,
sentándoleasumesatodoeltiempoquetardóenpintarlos,locualfueobrade
cinco meses, y luego, al partir, le hizo presente de mil chucherías, como, por
ejemplo, de un pipotillo con aguardiente de doble anís, de orejones secos y de
alfajores y piñonate. Los retratos lo merecían por lo parecidos. No les faltaba

más que hablar. Las blondas que figuraban en los de las damas, estaban algo
confusas al principio; pero, cediendo a las quejas de las damas susodichas, el
pintorloarreglóconingeniosoartificio.Untóenalbayaldeunpedazodetul,le
aplicóalsitiodelcuadro,yaseco,dondelablondaestabarepresentada,yresultó
un efecto maravilloso, porque hasta los agujeritos de la blonda se veían y aun
podíancontarse.
Todoestoeraenelpisoprincipal,dondehabíadoschimeneas,queallíllaman
francesas, y que no se encendieron sino cuando vino el obispo, en pleno
invierno,yporpocoseahogaS.S.I.conelhumoquesearmó.Peroencambio
había una magnífica cocina de señores, con chimenea de campana, de
muchísimotiro,dondeardíasiempre,durantelaestaciónfría,abundanteleñade
olivoydeencinayricapastadeorujo;donderaravezseguisaba;ydondelos
señores se calentaban muy a su sabor. En esta cocina adornaban las paredes


varias jaulas de perdices, puestas sobre repisas, escopetas y otras armas, y
algunas cabezas de ciervos, lobos, zorros, tejones y garduñas, muertos por D.
Acisclo.
Enelpisobajohabíacasitantahabitacióncomoenelprincipal;y,sisecontaba
con el patio con toldo, había más. Allí se vivía durante el verano. En toda
estación estaba allí el despacho de D. Acisclo, donde este activo labrador y
ganadero trataba con chalanes, corredores, rabadanes, aperadores, capataces y
caseros:entendiéndoseporcaseros,noelterrordelosinquilinosmorosos,como
enMadrid,sinolosquecuidanyguardanlascaseríasoviviendasdecadafinca
rústica.
Enelpisobajo,enlasalademásaparatoyautoridad,quesellamabalacuadra,
porque era cuadrada, había también algo que daba lustre a aquella casa. Es de
saberqueennopocospueblosdeAndalucíahaymultituddeimágenesbenditas,
que se sacan en procesión en las grandes festividades, y singularmente en
SemanaSanta.Elnúmerodeestasimágenessuelehacerquenoquepanbienen

lostemplos,porlocualmuchasestándepositadasencasasparticulareshastael
únicodíadelañoenquehandesalirenprocesión.D.Aciscloteníaenlacuadra
baja una de estas imágenes, de cuya cofradía era hermano mayor; pero no era
una imagen de tres al cuarto, sino la más complicada que se conocía y la de
mayor empeño y coste, ya que en realidad no rezaba con ella aquel decir
proverbialde:
Santirulitosbonitos,baratos,Nicomen,nibeben,nigastanzapatos.
Aquella imagen o representación comía y bebía, o mejor dicho, cenaba: era
nadamenosquelaCena.
Cristoylosdoceapóstolesdebultoestabansentadosalamesa;Cristoechaba
la bendición, San Juan se dormía sobre el hombro de su Divino Maestro, y el
feísimoytraicioneroJudas,conenmarañadopelorojo,metíalamanoenelplato
delcentro,porqueessabidoquenoteníapizcadeeducación.
ElJuevesSantosalíaenprocesiónlaCena,yelMiércolesSantoporlanoche
estabaexpuestaenlacuadraalaveneracióndelosfieles,quienescontalmotivo
tenían entrada franca en la casa, lo cual se llamaba y se llama aún visitar las
insignias,yapenasquedabaenellugarquiennolasvisitaseenlavísperadela
respectivaprocesión.Yestosicontarconlosforasteros.
LamesaenqueCristoylosapóstolesestabansentados,erabastantecapaz,y,


en tan solemnes días, se cubría con preciosos manteles alemaniscos y se
adornabaconmillindezas,flores,viandas,dulcesyfrutas.Aunquenohabíaen
la mesa de cuanto Dios crió, como afirmaba la gente del pueblo con
encarecimiento desmedido, era innegable que había objetos raros y costosos:
uvasdecorazóndecabritocomoacabadasdecogeryquepormilagrosehabían
conservado, claveles y tempranas rosas de olor en grandes piñas, ramos de
violetas y camelias, etc., etc. Las paredes de la sala donde estaba la Cena se
tapizabandedamascocarmesí;sobreeldamascosecolgabanlindasyantiguas
cornucopias con muchas velas de cera ardiendo, y también en la sala había

verdes plantas, y canarios en jaulas, y una enorme cruz negra de madera, con
adornosyrematesdeplatafina,asidaalaparedporfuertesalcayatas.Eralacruz
que D. Acisclo, cuando mozo, había llevado al hombro en las procesiones
durante muchos años, porque había sido y era aún hermano de cruz, aunque
jubilado, y aún se vestía de nazareno, para ir en la procesión como hermano
mayordelantedelaCena,conunatúnicadericasedamoradaquehabíacostado
undineral;peroentoncesnollevabalacruz,sinounapértigareluciente,signode
autoridad y mando. Su hijo primogénito iba delante con el estandarte de la
cofradía.
El gasto de la fiesta era grande, porque D. Acisclo costeaba toda la cera que
llevabanardiendolosqueconsendasvelasseguíansuinsignia,yenlanochedel
JuevesSanto,terminadayalaprocesión,dabadecenaratodosloscofrades,que
eran muchos, agasajándolos y hartándolos con potaje de habas, cornetillas
picantes, cazón en ajo de pollo, bacalao con tomates o en albóndigas, a veces
hastaserafinesfritos,pues,aunqueparezcaextraño,serafinessellamanenaquel
país los boquerones, y de postres deliciosos pestiños y vino añejo. Pagaba
además con rumbo generoso a los cuarenta o cincuenta ganapanes que habían
llevado en hombros las andas, y en las andas la mesa, con Cristo, Apóstoles y
cuantoDioscrió;empresatitánica,delacualnopocosquedabanderrengadosy
conferocesampollas,apesardelasalmohadillas.
AquellanocheechabaD.Aciscloelbodegónporlaventana.
La gente menuda fumaba a su costa los mejores coraceros que había en el
estanco, y el señorío tomaba chocolate con hojaldres, empanadas, hornazos,
tortasdevariasclases,comoporejemplo,depolvorónydeaceite,yroscosde
vinoydehuevo.
En cualquier día y a cualquier hora se mostraba en todo que D. Acisclo era
espléndidoyacaudalado.


Elpatiodelacasaeraanchurosoyenlosadodemármol.Ensucentrolucíauna

tazademármoltambién,dondecaíaelaguaclaradeuncopiosoyaltosurtidor.
Entornodelafuenteseveíanmuchasmacetasconfloresyhierbasolorosas,y
alrededor arriates con bojes, que formaban bolas y pirámides, y rosales de
enredadera,jazminesynaranjos,querevestíanelmuroytrepabanporcimade
los balcones del piso principal, tejiendo una capa o manto de flores, frutos y
verdura,yembalsamandoelambiente,yaconelolordelazahar,yaconelmás
levearomadejazminesydemosquetas.
Deestepatio,asícomodeunjardínmásextenso,conhonoresdehuerta,que
había a espaldas de la casa, cuidaba doña Luz con esmero. Hasta hacía venir
floresyplantas,quejamássehabíanconocidoenVillafría,ysolíaaclimatarlas.
De nada más cuidaba doña Luz, no por desidia, sino porque, según decía D.
Acisclo, se obstinaba en sostener que estaba como de huésped, y no quería
meterseencamisóndeoncevaras.
Quien lo gobernaba todo, la verdadera directora y ama de llaves, era la Sra.
Petra, de edad de cincuenta años muy cumplidos. Ella entendía en el gasto
diario,vigilabalacocinayteníalasllavesdeladespensa,delarepostería,dela
candiotera,delascuatrobodegasdevino,aceite,aguardienteyvinagre,ydelos
desvanes o graneros, donde siempre había trigo, cebada, arvejones, yeros,
matalahúgayotrassemillas.
AlasinmediatasórdenesdelaSra.Petrahabíacuatrocriadas:dos,zagalonas
aún,duraseneltrabajo,deapretadascarnesymúsculosdeacero,lascualeseran
de las que llaman por allá de cuerpodecasa, esto es, que servían para fregar,
aljofifar, enjalbegar y tenerlo todo saltandito de limpio; otra, ya más granada,
aunquemozatambién,quecosía,zurcíayplanchabalaropa,yotraqueguisaba
los más castizos y sabrosos guisotes de la tierra, y que sabía hacer almíbares,
cuajados,pastelillos,arropeygachasdemosto.
Todaestatropafemeninahabitabaydormíaenelpisoprincipaldelacasade
campo, donde también tenían habitación el aperador, su mujer y sus cuatro
chiquillos;peroéstos,tanapartados,quenoseveíanniseentendíansinocuando
elamollamaba.

Había,porúltimounmozo,quedormíajuntoalacaballerizaycuidabadeella,
delospatiosycorrales.
Taleralaservidumbredoméstica,pordecirloasí.Peroyaseentiendequelos


jornaleros,elmulero,loscaseros,losviñadores,lospisadores,losdelmolinoy
la demás gente que se empleaba en las faenas agrícolas, iban y venían y hacía
estanciaenlacasadecampo,dondehabíaanchurasobrada,yalambique,lagar,
alfarjeyprensasparalaaceitunaylauva.
Resultaba, pues, como ya queda apuntado, que en la casa de los amos sólo
vivíanD.Acisclo,doñaLuzysucriadaJuana.
Tomás, el antiguo criado del marqués, vivía en la casa solariega con un
mozueloqueleayudabaacuidarlayacuidartambiénelhermosocaballonegro
delaseñorita.
Enlacasahabíadosmesas:unaalaquesesentabanD.AciscloydoñaLuzy
algún convidado si le había; otra para la familia (en los pueblos andaluces se
sigue llamando familia a los criados), y en dicha mesa se sentaban la señora
Petrapresidiendo,lasdosmozasdecuerpodecasa,lacosturerayplanchadora,
lacocinera,elmozodelacaballeriza,Tomásysuayudante,ylaJuana,doncella
delaseñoritadoñaLuz.
El aperador y los suyos hacían rancho aparte y tenían una cocinilla moruna
dondeguisabalaaperadora.
Estonoimpedíaqueella,oalgunodesushijos,otodos,inclusoelaperador,
aunquenohijo,sinopadre,estuviesenconvidadosconfrecuenciaalamesadela
familia,alacualsesentabanasimismoelmuleroyotroscuandoestabanenel
lugar, y a la cual la señora Petra y la Juana se atribuían el derecho, y no se
descuidabanenejercerle,dehacerlasinvitacionesqueselesantojaban.
TaleralacasaenquedurantedoceañoshabíavividodoñaLuz,ytallagente
dequeestabarodeadaenmayode1860.



-IVLosamigosíntimosdedoñaLuz
DoñaLuz,dadaslascircunstanciasenquesehallabaylascondicionesdesu
carácter,nopodíamenosdevivircomovivía.
Elorgulloesmalosinduda.
¿Cuántomejorymáscristiananoeslahumildad?Enelorgullohaymuchode
egoísmo,mientrasquelahumildadestodadevociónyabandono.Ysinembargo,
¿cómonegarqueunorgullobiendirigidoescausaavecesdealtasvirtudesyde
honradaconducta?
Seacomosea,nodebemosocultarquenuestraheroínaeramuyorgullosa.
Quienestoescribenotienemaníasopredileccionesaristocráticas.Alcontrario,
siempresehaobstinadoencreerquenovalemenoslagentedeloslugaresque
la más encopetada de la corte. Mutatis mutandis, todo le parece lo mismo: la
mujerdelalcaldeesigualaunaemperatrizoreina,ladelescribanoequivaleala
duquesamásenmodaenMadrid,yelmajoFulanitoseleantojamásbrioso,y
gallardo, buen jinete, seductor, afable y ameno, que el más perfecto dandy de
cuantoshaconocido.
Pero, mirándolo bien, esto no es espíritu democrático discreto, sino negro y
desconsoladorpesimismo.Lademocraciaoptimistaysanaconsiste,sinduda,en
creer que la mejor educación desde la primera infancia, el buen ejemplo y
nombre de padres y abuelos, la obligación de no deshonrar ni deslustrar este
buen nombre y el vivir en medio más urbano y culto, deben ser escuela e
incentivoeficazparaservirtuososodiscretos,oseductores,odignosotodoala
vez.Enigualdaddeíndoleydelucesintelectualesdebe,porconsiguiente,valer
mucho más quien posee los dichos exteriores requisitos que aquel que no los
posee:enigualdaddecondicionesinternas,lahijadeunmarqués,porejemplo,
auncuandoseabastarda,debeconducirsemejorquelahijadeunpelafustán.De
entender lo contrario por espíritu democrático, se seguiría que lo que debemos
desear es la igualdad bajando y no subiendo: la nivelación en la ignorancia, la
abyecciónylamiseria,ynolanivelaciónyelevaciónposibles,entodosaquellos

medios, en toda aquella acumulación de recursos hecha por las pasadas


generaciones, a fin de que con su auxilio sigamos ascendiendo hacia el bien,
hacialaluzyhacialabelleza.
Yo comprendo como veneranda y punto menos que santa, aunque vaya por
caminos extraviados, la intención del demagogo, demócrata y hasta socialista,
que pugne por dar a todos los hombres educación liberal, recursos y cuantos
elementos gozan los llamados aristócratas, si es que estos elementos valen, no
sóloparagozar,sinoparasermejores;perosisólovalenparagozarysermás
débiles,corrompidosyruines,nomeexplicolademocraciaprogresista,sinola
democracia de Rousseau, que procura retrotraer a la humanidad al estado
salvaje.
De cualquier modo que sea, conste que yo no defiendo aquí esta o aquella
opinión.Noesloqueescribountratadodefilosofíapolítica.Nointentotampoco
presentaradoñaLuzcomoundechadodeexcelencias,sinopresentarlatalcomo
ellafue.
DoñaLuzsentíaprofundamenteladignidadhumana,perosuponíaqueloclaro
y distinto de estesentimiento,quehabíaen ellamásqueenotras personas,no
dependíasólodeundonnaturalygratuito,sinodeunaeducaciónsuperiorala
de la generalidad, y mucho más esmerada. Esto, más bien que orgullo, parece
modestia.Ellacreíatenerunidealdesípropiaquehabíaidorealizandoycomo
trayendo fuera, merced sin duda a su misma energía, pero auxiliada de
circunstanciasdichosaseinicialesquedebíaalaProvidencia,yenquenotodos,
sino pocos, se hallan. Se juzgaba, pues, como favorecida por Dios, y por lo
mismoconmásobligacionesquecumplir.Porcadafavordivino,unaobligación
sagrada.Teníatalento,estabaobligadaacultivarle;erabellayfuerte,necesitaba
conservarsufuerzaysuhermosura;habíarecibidounnombreilustre,y,yaque
noacertaseailustrarlemás,nodebíamancharle.
Aunqueellaseconsideraraigualpornaturalezaalosdemássereshumanos,los

juzgaba a todos marchando en busca de mayor bien y de superior altura más
luminosa y serena. Si ella, aun cuando fuese por un capricho de la suerte, iba
delanteysehallabamáscercadelacumbre,sufilantropíanopodíaextendersea
másqueadarlamanoalosqueestuviesenencondicionesdetreparhastadonde
estabaella,ynoaaquellosqueestabantanbajosotanhundidosenellodo,que
envezdealzarlos,sedejaríaellaarrastrarcayendoenellodotambién.
YahemosindicadoqueelorgullodedoñaLuzsevelabayenvolvíaenelmás
discreto disimulo; y esto no sólo por prudencia y por interés propio, sino por


vivosentimientodecaridad.Nadaledolíatantocomohumillaralprójimo.Sital
vezsecomplacíaenluciralgunahabilidad,algunabuenaprendadesuespíritu,
algúnprimoroeleganciadesupersona,eraconloscapacesdesentirelestímulo
deimitarlaoalzarsehastaella;noporelpruritodeexcitarestériladmiracióno
envidiadolorosa.
Doña Luz, por lo mismo que tenía tanto orgullo, no tenía chispa de vanidad.
Gustabaentododepagarconusuraloquerecibía.Noanhelabaquelaamasen
másdeloquepodíaamarella.Lacoqueteríaera,pues,paradoñaLuzunvicio
ignorado y casi incomprensible. Su fallo, la propia sentencia que ella dictaba
acerca de cualquiera calidad, acto o virtud de su persona, la lisonjeaba y
complacíamilvecesmásquetodoelaplausodecuantoslarodeaban.Asíesque
sólo quería agradar de puro bondadosa: por donde resultaban en ella una
naturalidad, una modestia y un olvido aparente de su propio mérito, que
encantabanypasmaban.
Otras mujeres están anhelando siempre inspirar pasiones; doña Luz huía de
inspirarlas;y,aplicandounprontodesengaño,lasmatabaentodocorazónantes
dequenaciesen.¿Paraquéseramadasinohabíadeamaraquienlaamase?En
amor,lomismoqueenamistad,doñaLuzdeseabadareldoble.Ynopudiendo
amarenVillafría,habíapocoapocoapartadodesíatodoslosmozosdellugar,y
habíaelegidosusamigosíntimosentrelosviejos.

Sieradulceensutratocontodos,usabatanestudiadacortesía,quesinquela
tildasendesoberbia,evitabalaintimidadcontodos,menosconcuatrosujetos.
El primero era D. Miguel, cura de la parroquia, anciano excelente aunque de
cortísimos alcances, con quien se confesaba todos los meses, a quien daba sus
ahorrillos para que los repartiese en limosnas a los necesitados, y con quien a
menudo jugaba al tute. El corazón y la mente de doña Luz eran para el pobre
curael librodelossiete sellos.Enestaoscuridad,ysiendoademásD.Miguel
poco entusiasta, quería con moderación a doña Luz; pero la quería con toda la
fuerzadealmadequeélpodíadisponerparaelcariño,queerapoquísima.Doña
Luz, en cambio, idolatraba al cura de cierta manera. Se complacía en aquella
transparencia,enaquellanitidez,enaquellabenditavaciedaddesuespíritu,yle
mimaba y agasajaba como a un niño pequeñuelo. Por medio de un
contrabandistaqueibayveníacontelasdealgodón,hacíatraerdeLisboapara
D.Miguelelrapémásselecto;y,procurandoquenolehiciesenmal,leenviaba
confites,bizcochosyotrasgolosinas,aqueelcuraeramuyaficionado.


Otro íntimo de más importancia, era el médico D. Anselmo. Y digo de más
importancia,porloqueélvalía,noporquedoñaLuzlenecesitase.Lasaludde
doñaLuzerainsolentedebuena.Niundolordecabezanunca.
D. Anselmo era un hombre despejadísimo, y no sólo hábil e instruido en su
profesión, sino de variada lectura y de singular facilidad de palabra. No se
extrañequecontalesdotesfuesemédicoenun lugar.Olafortuna nolehabía
sonreído,osugenioindómitoyariscosehabíaopuestoaqueseencumbrase.Lo
cierto es que, siendo persona de valer, se había resignado a vivir y ejercer su
facultadenVillafría.
DoñaLuzteníaencantadoaD.AnselmoyD.AnselmoadoñaLuz.Paraesto
había diversas causas. Ahora que están en moda los schemas, podremos
representar los espíritus del médico y de la señorita, como dos esferas muy
excéntricas, pero tocándose y compenetrándose por un lado, donde formaban

sendoscasquetesunidosporlabase;algoidénticoalahumanidadenelschema
delser,alalentejaqueloskrausistashanhechotanfamosa.D.Anselmoydoña
Luz tenían, pues, una lenteja espiritual mancomunada, donde se entendían a
maravilla,quedandoelrestodelaesferadecadaunodesconocidaeinexplorada
por el otro. Así es que jamás llegaban a saberse de memoria; escollo en que
suelendarlosentendimientosafines,yquealalargaengendrafastidioydesvío.
Siempre tenían estos dos amigos campo en que hacer incursiones y
descubrimientos,tratandodepenetraropenetrandoelunoenlamentedelotro.
Nuncasehartabandehablar,ysuconversacióneraunaeternadisputa.DoñaLuz
eracreyenteyespiritualistaconsupocodemisticismo;D.Anselmo,positivista
feroz.D.Anselmoeraademásunparlanchíndesietesuelas,ynadaleencantaba
másqueelqueleoyesen.Sólosereposabanambosensusdiscusionescuando
jugabanalajedrez.Solíanjugarunoodosjuegosdiarios.
Don Anselmo, contaría ya sesenta años de edad. Estaba viudo como D.
Acisclo,yteníaunahijadeveinte,morenillamuyagraciada,pequeñadecuerpo,
solteraaún,yllamadadoñaManolita,aliaslaculebrosa.Lallamabanasíporsu
extraordinaria viveza y movilidad. Afirmaban en el pueblo que estaba hecha y
como amasada de rabillos de lagartijas. Decía y hacía a cada momento
doscientos mil graciosos disparates, aunque todos inocentes y nada
comprometidos,porlocuallaapellidabantambiéneltrueno;perorealmenteno
era trueno, sino tempestad de risas, de bromas alegres y de regocijados
discursos,porqueeranomenospicoteraquesupadre.Porlodemás,elfondode
doñaManolitanopodíasermásexcelente.Eraleal,afectuosasinmaliciaysin


envidia,deagudoingenio,ymásjuiciosayreflexivaenloimportantedeloque
prometíasuexteriorysuperficialaturdimiento.
Como doña Luz era grave y mesurada, doña Manolita le servía como para
completarsusmodosdeser.Poresto,sinduda,yporlasotrascualidadesdeque
hemoshablado,doñaLuzhizodeellasucompañera.DoñaManolitaeralaúnica

persona a quien doña Luz tuteaba en Villafría. Aún no se confiaba en ella con
total abandono, porque doña Luz era muy reservada; pero de día en día iba
ganandomásdoñaManolitaensucorazón.Juntassalíanapiedepaseo,juntas
iban a la iglesia, y juntas tenían costumbre de sentarse en las tertulias. Doña
ManolitaremedabaadoñaLuzenvestidoypeinado,ylaseguíaoacudíaadonde
la llamaba. Decía doña Manolita que era ella para doña Luz lo que para los
galanesdelascomediasdecapayespadaellacayogracioso;yrecordandoque
en varias comedias de las mejores este lacayo se llamaba Polilla, decía a doña
Luz:«Hija,yosoytuPolilla».
Respecto a D. Acisclo, pensaba doña Luz como su padre, y no guardaba al
antiguoadministradorlamásligerainquinia,porquesehubiesealzadoconcasi
todoelcaudaldesusmayores.Sielmarquéssehabíaempeñadoenarruinarse,
¿quépecabaenelloD.Acisclo?Conciertamoralalambicada,quedonAcisclo
nopodíaconocer,acasohubierasalvadolosinteresesdelmarqués,acasohubiera
hechodurarotroscuantosañosmáselesplendordelacasa;peropedirestopor
aquellos lugares era pedir cotufas en el golfo. Bastaba, pues, a doña Luz, para
estarprofundamenteagradecidaaD.Acisclo,lafirmepersuasiónqueabrigaba,
dequeconotrocualquieradministradordeporallí,laruinadesupadrehubiera
sidodiezañosmáspronto,yellanosehubieracriadocomounadamaelegante,
enelsenodelbienestar,conayainglesa,ycontodosloscuidadosdebidos.Sabe
Dios cómo se hubiera criado y lo que hubiera sido de ella si el marqués se
arruinaymueredeberrenchín,dejándolahuérfanadeedaddecincoañosynode
quince.
DoñaLuzgustabaademásdeD.Acisclo.Simpatizabaconsuactividad,consu
amoraltrabajoyconotrasvirtudesqueenélresplandecían.
Por el buen parecer, doña Luz había vivido, sin el menor conato de irse a su
casa, en la casa de don Acisclo, hasta que cumplió veintidós años. Desde
entonces en adelante, intentó varias veces irse a vivir sola a su casa; pero D.
Acisclo la retenía suave y cariñosamente. Dábale a entender que sería una
tristezaquedarsolo,despuésdehaberseacostumbradoasucompañía,yapelaba

también, algo grotescamente, a qué dirán, sosteniendo que doña Luz era


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